El pájaro herido.

El pájaro herido.
Cuento.
Este relato solo existió en la mente creativa del autor, cualquier parecido con la realidad o nombre de personas reales, es una mera coincidencia.

os tras años, la poderosa industria del arte y del entretenimiento; realizaba actividades en todo el territorio nacional en busca de nuevos talentos. Con la finalidad de renovar, engrosar, y diversificar la solidad herencia que hemos adquirido de los griegos, y de otras tantas culturas antiguas a través de la colonización, la esclavitud, la piratería, y las dolorosas invasiones a nuestro territorio.


Es muy bien sabido por la humanidad, que los Dominicanos somos un pueblo mestizo, un amalgama de colores en piel, una sinfonía de ternura, y un salcocho de identidades. Los organizadores de tan magno evento, bautizado originalmente como: La voz del pueblo. Más tarde conocido como: Festival de la voz del pueblo, elegían los pueblos de las veinte y tres provincia de aquel entonces, en donde se llevarían a cabo la selección, evaluación, y eliminación del concurso.


Los que resultaban ganadores en cada provincia, se enfrentaban en una eliminatoria final, que se realizaba el último domingo del mes de Septiembre en la ciudad capital: Santo Domingo de Guzmán. Este evento era muy semejante a los reinados de belleza, con la diferencia de que en el festival de la voz del pueblo; se evaluaba la letra, el ritmo, los tonos musicales, y por supuesto la voz de los participantes.
Este festival se celebró por vez primera en la ciudad de Madrid España, el veinticinco de noviembre del año 1972. Con la participación de trece países; ya para el año 1993, el festival de la voz contaba con veinte y cinco países afiliados; incluyendo a Guinea Ecuatorial.


Los primeros tres lugares, obtenían como premio dinero en efectivo, y un contrato asegurado con la prestigiosa casa discográfica: Las tatúas Record. Personas de todos los lugares, provenientes de todos los extractos sociales, se daban cita a dichos eventos con el principal objetivo de hacer de sus sueños una realidad: Convertirse en una estrella del mundo del espectáculo. Es muy propio resaltar, que de aquellos festivales salieron muchos de los artistas que han brillado con luz propia en el país, y en escenarios internacionales.


Esta vez la suerte le tocó a mi pueblo: Bani, cuna de la poesía Dominicana, y capital cultural de toda la isla. Se hicieron todos los arreglos de lugar, para que la actividad se realizara en el restaurant el Bosque. Un clásico lugar rodeado por los arboles más puros de las reservas forestales de la nación. Caobas, robles, pinos, cedros, y cabirmas centenarias.


El lugar era una especie de altos de Chavón en miniatura, los escritores y poetas más laureados del pueblo, se reunían bajo la sombra de los árboles del Bosque, a compartir sus versos, y a retozar con las musas. Se decía que el bosque era el Areópago del caribe, sin Sócrates, Aristóteles, ni Platón, pero con la misma influencia. El Bosque tenía el piso hecho de piedras escogidas del mismo centro del cauce del rio, cuando por sus meandros todavía corría el agua, existían frondosas arboledas en su Riviera, y los camarones arrayados todavía no se habían extinguido. Las hileras de piedras, daban a su entorno un toque de bajo relieve, a los pies descalzos de los obreros del pueblo.


El trinar de las ciguas palmeras formaba un concierto a parte, porque todas las actividades se realizaban al estilo Taino: Al aire libre, y en muchas ocasiones, bautizadas por la fina llovizna producida por el despojo de las aves. Esto es de buena suerte declaraban los poetas, cuando en sus papeles aparecían puntos, apostrofes, y comas; puestos por la ingeniosidad de un colibrí.


Desde el restaurant el Bosque, también transmitían las dos únicas estaciones de radio con que contaba la provincia peravia, las transmisiones se realizaban en vivo, una de las emisoras llevaba por nombre al mismo pueblo. Y la otra realizaba una importante labor para mantener el medio ambiente. Las compañías licoreras llenaron las calles perpendiculares, de vallas y pancartas publicitarias; alusivas a sus productos. Al mismo tiempo que también promocionaban el festival de la voz del pueblo.

El jurado detuvo la pista justo cuando la canción besaba la tercera estrofa: ¡!!! Yo soy un pájaro herido ¡!!, la evaluación había comenzado. El primer miembro del jurado le dijo: Usted tiene buen tono de voz, el segundo miembro del jurado le dijo: usted tiene talento y madera para alcanzar el éxito, pero tiene que trabajar más en la postura, y tratar de controlar el miedo escénico.


El tercer miembro del jurado sorprendió a sus compañeros cuando dijo: Voy a repetir la última línea que cantaste, ósea el comienzo de la tercera estrofa. Pero tiene que cantar sin la ayuda de la pista, a esto nosotros le llamamos a capela. Memén se mostró un poco más nervioso de lo habitual, agarró el micrófono con ambas manos, respiró profundo, cerró sus ojos con fuerza, y se cuadró en la tarima de la manera que solo él podía hacerlo, las mujeres trataron en vano de copiar su postura. A la cuenta de tres, memén comenzó a cantar imaginándose la pista ¡!!Yo soy un pájaro herido ¡!!
Al terminar, el jurado que lo había puesto a cantar a capela, emitió su veredicto. Bueno es muy cierto como ya antes dijeron mis dos colegas, tiene buena voz, tiene madera para alcanzar tu sueño, y…… al escuchar las palabras de alago de parte del jurado, memén se emocionó tanto que interrumpió el veredicto, y comenzó a cantar nuevamente por iniciativa propia.

En la pancarta de una pequeña empresa local, “Clandestina “por naturaleza. Todo el pueblo pudo leer con asombro el anuncio que decía: Felicidades Bani, pueblo elegido por Dios para el festival de la voz. Un poco más abajo, aparecía el logo de la empresa. Una chichigua cuadrada confeccionada al clásico estilo: Pica Bohío, color rojo y con una larga cola negra.


En el mismo centro de la chichigua se leía con claridad la otra parte del comercial: ¡Ya ha sido comprobado, el clerén no hincha!
El día esperado por todos los banilejos por fin llegó, veinte y cuatro de septiembre, día negro para el estudiantado y para toda la patria, porque este día se recordaba con mucho dolor, nostalgia y resentimiento. El vil asesinato del líder estudiantil: Amín Abel Hasbún, un joven recién egresado de la facultad de ingeniería, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, con el grado: Summa Cum Laude, la más alta distinción que puede alcanzar un estudiante, y que pueda otorgar una entidad educativa en la Republica Dominicana.


Amín fue abatido sin misericordia, tan solo porque sus principios políticos no les permitían estar de acuerdo con las masacres ordenadas en el país; por el dictador de la época: Doctor Joaquín Antonio Balaguer Ricardo, quien ordenó el cobarde y repudiado asesinato del joven ingeniero, y líder estudiantil. Los esbirros de la policía nacional, dieron rienda suelta a sus más bajos instintos de cancerberos indomables; acribillando a su víctima frente a su esposa la cual estaba embarazada de su primogenito.


Los organizadores del festival de la voz del pueblo, llegaron al Bosque muy temprano de la mañana, pero los participantes y el pueblo les madrugaron, de tal manera que a duras penas forzaron la entrada a empellones, hasta lograr abrirse paso a través de aquel mar de gente. El orden del evento estaba a cargo de un contingente de ujieres voluntarios, provenientes del Liceo Francisco Gregorio Billini. Todos vestían el uniforme reglamentario del plan de reforma: pantalón azul marino, zapatos negros, y camisa amarilla, en las cuales llevaban grabado a sus espaldas el eslogan de su promoción: 4to A. Amor y Amistad.


Dos docenas de agentes de la policía nacional también hicieron acto de presencia, estaban allí con más intención de intimidar que de poner el orden, todos escondían la mirada detrás de la oscuridad de sus lentes de sol, costumbre heredada del terrorífico régimen del tirano: Rafael Leónidas Trujillo Molina, benefactor de la Sápatría Balaguerista. Los agentes de la policía, estaban exhibiendo la profesionalidad propia de sus entrenamientos, con una mano sostenían sus carabinas marcas Mortuorio, calibre asegurado, y con la otra mano sostenían una granada de fragmentación, junto a una bomba de gas lacrimógeno, por si acaso había que repetir la masacre del nueve de febrero del año 1966. Donde cayó abatida por el fuego de las metrallas: Amelia Ricart Calventi y sus once compañeros.


El eslogan de los policías de aquellos tiempos, era el antónimo del eslogan de los estudiantes que estaban en el Bosque ayudando a los organizadores del festival de la voz del pueblo. El jurado llegó procedente de la ciudad capital, el sol se atrincheró en el mismo centro de nuestra galaxia, en posición de ataque, Listo para tostar al caribe con sus primeros rayos, hacía un calor sofocante, las calles hierven de gente. Los tres miembros del jurado trataban con vanos esfuerzos de apalear el calor tomando sorbos de frio frio de jagua, pero se enfrentaron con una realidad de las leyes de la física: El calor disipa las moléculas, por lo tanto los copos de hielo guayado se derretían a los tres sorbos.


En medio del combate sin tregua contra el calor, el sudor y la fragua del medio día, el jurado improvisó una tómbola con una caja vacía de las que se utilizaban para la importación de rubros alimenticios. Como una paradoja del destino, la caja tenía timbrado en los cuatro lados, una promoción del rubro que se había empacado en ella: Cuando el hambre produce calor, la batata es un refresco. Trecientos nombres fueron introducidos en la tómbola, pero el jurado tomó la drástica decisión de sortear tan solo veinte y cinco nombres. La explicación fue simple, directa, y determinante; ya el país tiene más cantantes que maestros en las escuelas.
Dentro del grupo de los veinte y cinco pre-seleccionados, había un señor de algunos treinta y ocho años de edad; cantante de baño empírico. De piel blanca, pelo lacio, largo y de color dorado. Tenía seis pies y dos pulgadas de estatura, de apariencia casi perfecta, a la famosa pintura de: John Vanderlyn, en su representación al óleo del almirante genovés Cristóbal Colón, el día que recibió de manos de la realeza española la orden y el apoyo necesario para que realizara su viaje de exploración, explotación y de exterminio.
Su nombre legitimo era: Miguel Antonio Farria Paulino, muy pocas personas en el pueblo tuvieron el privilegio de conocer este dato, pero si casi todos los banilejos conocían el apodo con el cual lo habían bautizado sus parientes, desde el mismo instante en el cual la partera del barrio lo tomó en sus manos; Memén.
Según se decía, su hermana mayor había visto este nombre en un sueño que había tenido la noche anterior a su nacimiento, en un arcoíris que la madre naturaleza había desplegado en el horizonte. Después de haberle hecho una prueba de voz preliminar a cada uno de los veinte y cinco participantes, el jurado introdujo sus nombres en la tómbola nuevamente. Con el propósito de establecer quienes serían los diez primeros en participar.
Fueron sorteados los nombres, sacados los diez primeros participantes que darían apertura formar al festival de la voz del pueblo. De inmediato el jurado les dio a conocer el título de tres canciones que habían sido seleccionadas previamente, luego fueron introducidas en la tómbola, para que uno de los diez participantes seleccionados sacara una de las canciones, la cual sería cantada por todos los participantes.
Las tres canciones seleccionadas fueron las siguientes: Por Amor, del autor Rafael Solano. La casa de cartón, del autor Ali Primera. Hola soledad del autor Palito Ortega. Después de haberle dado cincuenta vueltas a la tómbola, fue elegido uno de los diez primeros para que introdujera una mano en la tómbola y sacara una canción. El afortunado no podía haber sido otro, todos los presentes gritaron al unísono: ¡Manos limpias Memén!
Memén mostró sus dos manos al público en señal de pulcritud absoluta, la canción ganadora fue: Por Amor y él sería el primero en cantarla. Fueron leídas las reglas del certamen, el jurado es soberano, y puede detener la pista de la canción en cualquier momento sin aviso previo, el jurado puede reservarse el veredicto si así lo considera prudente, el participante obedecerá sin reclamos a las pautas emitidas por el jurado. Todos los participantes estuvieron de acuerdo, y la pista comenzó a rodar.
Memén agarró el comienzo de la canción con un tono suave y una destreza envidiable, los veinte y cuatro participantes restante se pusieron muy nerviosos, y no era para menos, pues memén era una copia casi perfecta de Rolando la serie en sus mejores tiempos.
¡!! Yo soy un pájaro herido ¡!!.
Los tres miembros del jurado se miraron atónitos, perplejos, incrédulos, y consternados, mientras que memén continuaba sumido en un trance musical, ¡!! Yo soy un pájaro herido ¡!! Cuando por fin logró detenerse, se paró de frente al jurado para seguir escuchando la lluvia de palabras emotivas, y desde ese momento sintió que tenía asegurado un contrato de trabajo con la prestigiosa casa discográfica: Las tatúas record.

Por algunos minutos jamás contados, hubo un silencio sepulcral que se podía tocar con las manos; los ojos de todo el mundo estaban fijos en los miembros del jurado. El trinar de una cigua palmera rompió en pedazos el silencio, fue entonces cuando en tercer miembro del jurado volvió en si con su veredicto final.
Bueno, lo de pájaro ya lo sabíamos, pero lo que no sabíamos era, que ya te habían herido. Eso es nuevo para nosotros,
¿Verdad que si mis colegas?

Deja una respuesta